lunes, 3 de mayo de 2010

Habla de los martin fierro del 2007, pero sigue siendo genial.

Se nos había pasado por alto. Vimos la entrega de los Martín Fierro [MF] el miércoles pasado. Y fue todo lo que nos imaginábamos y mucho peor. Está claro que la chabacanería argenta tiene su apoteosis en cosas como las que organiza Aptra, un rejuntado de *periodistas* que forman una logia nefasta de amantes de la farándula [en la peor acepción de esa palabra].

Parte del staff de tlqv está convencido que los MF dejaron de tener razón de ser hace mucho, mucho tiempo. Sin embargo, el menemismo, cuándo no, sacó del ostracismo a unos premios terriblemente malos. Es que, con la privatización de los canales, los nuevos dueños tenían que prestigiar a sus productos y por eso le dieron manija a los MF. Decí que los Premios Clarín Espectáculos no existían, sino hubieran optado seguramente por esos [aunque, vale decirlo, los Premios Clarín son una porquería también, aunque con el agravado de que sus responsables creen que son lo top de lo top]. Así fue cómo año a año fueron creciendo en repercusión los MF y después teníamos que ver a los “mejores” paseando por el living de Susana o almorzando con la vieja de mierda.

Encima, si antes tenían un tinte frívolo que los justificaba como premios demagógicos, eso fue cambiando de a poquito cuando actores -y periodistas premiados- empezaron a ser más vedettes que otra cosa. Y ahí tenías a los tipos tirando consignas [aplaudibles] como No se olviden de Cabezas y otras [idiotas] como Somos actores y queremos actuar. También hubo épocas en que todos fueron maestros, todos fueron inundados, todos fueron, en definitiva, un colectivo de ególatras que, en los casos de los más famosos, sólo iban si le aseguraban el premio y, en lo que respecta a los demás, iban porque comían gratis y salían en la tele también gratis.

Mientras tanto, los miembros de Aptra peleaban con uñas y dientes no sólo por saber quién iba a dar los mejores premios [notaron que los tipos que dan la estatuilla siempre es un impresentable de Aptra], sino que se agarraban de las mechas por saber quién comía en la mesa de Susana, o la de vieja de mierda, o la de Tinelli.

Encima, para demostrar su truchez, cada año aparecía Rial y tiraba los nombres de los ganadores. Algunos, igual, se sabían. Por ejemplo, los de mejor noticiero de televisión. Estaba claro que el canal que transmitía la entrega iba a ganar en ese rubro. O cómo es que el año pasado ganó Telenueve y este 2007 ganó América Noticias. Apenas un ejemplo de lo poco serio que es todo.

Por otra parte, desde hace rato muchos acá pensamos que es hora de separar los premios de radio con los de la tele. A nadie, en serio, le importa quién corno es la mejor locutora de AM. A nadie. Pero ahí está y se mantienen y por eso cada vez que sube a recibir la estatuilla pedorra alguien de radio, todos los demás siguen comiendo como si nada, cagándose en el premiado.

Pero lo que más irrita a tlqv es la manía que tienen por mantener el star system berreta de la tele local. Ese que nos impone a Susana como una ¡genia! y la vieja chota como una ¡ídola! y ahí estamos, mirando cómo la vieja de mierda se tira loas y loas y se olvida que es una mina bien garca. El colmo este año fue la presentación que le hizo al premio por la trayectoria a Susana [que por más ida que esté, sigue siendo Susana]. La vieja de mierda habló y habló y cada cinco palabras metía un “yo”. Yo esto, yo lo otro, yo el año que viene bla bla bla… Y encima, cuando subió Susana no la dejaba hablar, la tenía ahí parada detrás suyo y el agradecimiento de Susana fue más corto que toda la introducción de la vieja de mierda [está claro que no pensamos nombrar].

Por estos pequeños ejemplos es que los MF nos parecen una porquería. Ojo, tampoco somos del grupo de periodismo.com con sus premios internéticos a lo peor de la tele. También son truchos a su manera. Pero odiamos sinceramente a los MF y a Aptra. Y, por supuesto, a la vieja de mierda.

Eso sí, la que nos pareció que la rompió fue Natalia Oreiro, a quien seguimos con cierto fanatismo y que, encima, era la que mejor estaba. Aguante la Nati, sobre todo ahora, que parece que el bicho feo ese de la Nancy Dupláa le grito “puta” desde su mesa cuando ganó un premio. La última vez que Nancy Dupláa tuvo un culo tan lindo como la Oreiro tenía diez años [ya era grande para su edad] y ahora está en los límites de la General Paz. ¿A quién le ganaste, Dupláa?

0 comentarios:

Publicar un comentario